: KIKO EL PERICO SOBERBIO

Nombre*:TATIANA JOSEFINA MARTINEZ VASQUEZ
Género*:Infantil
Título*:KIKO EL PERICO SOBERBIO
Cuento:
Hace varios años, para una Semana Santa, Tatiana, la mamá de Gaby y Ciela decidió comprar dos mascotas, eran dos periquitos sabaneros. Pero ya no eran unos pichones, estaban grandecitos.
La mamá compró una jaula y los llevó a casa. Las niñitas estaban muy contentas con las mascotas, pero al tratar de hacerles cariño los pericos hincaron sus picos en los dedos de las chiquillas y causaron heridas en sus deditos. La mamita no comprendía la actitud hostil de los animalitos, pero decidió darles una oportunidad.
Así pasaron los días y hasta para darles alimento y agua había que tener mucho cuidado con estos amiguitos verdes, pues al abrir la jaula iban directo a clavar sus afilados picos en la carne de quien intentara alimentarlos, pero el más hostil era Kiko, ya que la Kika no era tan agresiva. Tal era su hostilidad que si accidentalmente alguien se recostaba de la jaula Kiko nos hacía gritar con aquel picotazo que más bien parecía un gran mordisco.
Carlos el papá de las niñitas, quien era el que más se atrevía a enfrentarlos a pesar de los picotazos decía que no eran pericos, sino más bien "Dinosaurios verdes" por la agresividad demostrada. Pero la hostilidad de Kiko llegó a tal grado que comenzó a agredir a su propia compañera Kika. Comenzó a picotearla, perseguirla por toda la jaula y hasta las plumas le sacaba. Ya la Kika casi no comía ante las embestidas de Kiko.
Un día el papá de las niñitas estaba alimentando y bañando a los pericos (porque eso si les gustaba a ellos, ya que el papá de las niñitas los rociaba con una manguera de jardinería, los emplumados verdes lo disfrutaban mucho y hasta cantaban) y en un descuido dejó la puerta sin el seguro y entreabierta, sin esperar nada la Kika huyó velozmente, cansada de tanto maltrato, voló hasta una de las matas de mango que estaba cargadita de los jugosos y dulces frutos. Y aunque ustedes no lo crean, Kiko comenzó a gritar como si estuviese molesto por la huída de la Kika.
Pasaron los meses y Kiko estaba solo en su jaula. La mamita recibió un regalo de una ahijada llamada Oriana, eran 4 periquitos, dos ya grandecitos y dos aún pichones. De los cuales sobrevivieron los dos más grandes. Al meterlos en una jaula más grande, Kiko arremetió en contra de uno de los periquitos y lo hirió, pero no contaba con la osadía del otro periquito, quien salió de inmediato en defensa de su amiguito y le dio varios picotazos a Kiko, quien retrocedió abrumado e impresionado ante la valentía del joven animalito.
Pasaron varios días y Kiko ya no picoteaba a sus compañeros de jaula. Aprendió la lección, pues recibió "una cucharada de su propio chocolate"

No hay comentarios.:

Publicar un comentario