Publica Tu Cuento: Las Aventuras de Emilia y el Collar del Tiempo


Nombre*:Octavio Almeida
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Género*:Aventura
Título*:Las Aventuras de Emilia y el Collar del Tiempo
Cuento*:
Las aventuras de Emilia y el collar del tiempo

Emilia era una niña como cualquiera de su edad, le gustaba jugar con las muñecas y también con las pelotas de futbol que de vez en cuando su papá le prestaba para divertirse. Una mañana de verano, calurosa como ninguna, acompañó a su madre a ordenar la casa de su abuela que se había ido al cielo luego de muchos años, cuando era muy anciana y los dolores la aquejaban. Se fueron juntas en el auto, pero no advirtieron que Maysi, un enorme bulldog inglés de más de 10 kilos, se había metido en el baúl del auto. Es que Maysi seguía a Emilia a todos lados, iban al kiosco, a la pileta, a visitar a sus primos, eran prácticamente, inseparables. Es por eso que la mamá de Emilia se llevó una enorme sorpresa cuando llegaron a la casa de la abuela y, al abrir el baúl, el enorme perro se lanzó sobre ella para lamerle la cara. Su madre gritó el nombre del endiablado animal y luego dijo:
--Tendrá que quedarse hasta la tarde.
En ese instante recordó que no le había traido alimento, por lo que se enojó aún más pero no tenía opción, su casa quedaba a 30 minutos y ese día había mucho tráfico.
Mientras su madre tomaba agua para pasar el mal momento, Emilia entró a la casa de su abuela, allí estaban su tia Paulina, hermana de su mamá, junto con su esposo, el tío Gregory, que habían llegado para ayudar a ordenar los papeles y los muebles que luego serían donados a una organización que cuidaba de niños huérfanos. Emilia entró en la pieza de su abuela para ayudar con unas cajas, eran como cincuenta y todas pesaban lo mismo, "no termino más" dijo y luego agregó :"voy a empezar con las de la primera fila y las de atrás las dejaré para el final". Desde el comedor, se escuchaban los gritos de la tía Paulina, es que a ella los perros no le gustaban mucho y Maysi quería comerse las facturas que estaban sobre la mesa, mala combinación.
Emilia había hecho un gran trabajo, solo faltaba una caja, esta era un poco extraña, en primer lugar era de color dorado, cuando las otras eran simples cajas comunes. Luego, al intentar abrirla, descubrió que tenía un candado roto. En ese momento llamó al tío Gregory y a la tía Paulina para que ellos estuviesen presentes al momento de abrir la caja. Los tres, perplejos, desprendieron la tapa y observaron dentro. Se encontraron con una nota y un collar de aspecto muy extraño con una piedra en forma de círculo. La nota estaba firmada por Miranda, que era el nombre de la abuela, y tenía escrito lo siguiente: "Les dejo mi más preciada adquisición, me la regaló mi abuela cuando era una niña y es muy poderosa, solo tienen que cerrar sus ojos, tocar el collar y decir con voz fuerte y clara, el lugar donde les gustaría estar. Cuídenla y úsenla con precaución, mi familia es guardiana del tiempo y si este collar cayera en manos equivocadas el mundo estaría en peligro"
El tío Gregory se echó a reir a carcajadas, él no creía que fuesen posibles los viajes en el tiempo y el espacio, ya que muchos habían intentado hacerlo y solo fracasaron. Tomó el papel, lo dobló con sus manos y lo colocó en el bolsillo de su pantalón. Miró a Paulina y le dijo:
--Tu madre y sus chistes, ¿acaso no vio ninguna película de los viajes en el tiempo? Podría haber elegido un auto.
La tía Paulina solo se encogió de hombros y le indicó a Emilia que guarde el collar en la caja. La niña tomó el collar, se lo colocó en el cuello muy lentamente y dijo:
--Si pudiese viajar en el tiempo me gustaría ir a la época de los dinosaurios y ver un Tiranosaurio Rex con mis propios ojos.
En ese momento del collar una luz muy blanca comenzó a parpadear, seguido por un enorme destello fosforescente que se tragó a Emilia, a la tía Paulina y al tío Gregory, y también a Maysi que estaba entrando al cuarto. Los cuatro se vieron caer en una especie de tubo con luces de colores por todos lados. Emilia cerró fuerte sus ojos porque tenía mucho miedo y alcanzó a tomar la mano de la tía Paulina, hasta que, por fin, en un momento dejaron de caer, Emilia abrió los ojos con temor a lo que estaba pasando y no podía salir del asombro. ¡La casa de su abuela había desaparecido! Sólo había árboles a su alrededor pero, por suerte, no estaba sola, su tía Paulina todavía la estaba tomando de la mano con cara de estar muy aterrada; de pronto, las hojas de las enormes plantas comenzaron a moverse muy despacio, el susto duró hasta que vieron que se trataba del tío Gregory que había ido a buscar a Maysi porque quería correr en dirección a la selva.
--¿Dónde estamos?—preguntó el tío Gregory mientras usaba una soga de su mochila para atar a Maysi a un pequeño arbusto.
--Realmente no tengo la menor idea—contestó la tía Paulina y continuó: ¿No creerás que…??
--Es imposible – interrumpió el tío—Los dinosaurios desaparecieron hace 65 millones de años, cómo un simple collar de tu mamá podría hacer eso, debemos estar soñando.
Emilia sacó de su bolsillo un papel que había guardado en la mañana, era una descripción del Tiranosaurio Rex, donde incluía sus cualidades y gustos. Se lo mostró a su tío y dijo:
--En este papel dice que esas plantas comía el T. Rex cuando estaba enfermo. Así que lamento decirte tío pero creo que estamos en el Jurásico con animales muy peligrosos, o mejor dicho, con dinosaurios muy peligrosos—sentenció mientras se quitaba el collar y se lo entregaba a la tía Paulina.
-- Si esto es cierto, caminemos con cuidado y veamos la forma de salir de aquí.
El paisaje era magnifico, enormes mariposas del tamaño de pájaros aleteaban a su alrededor. Las plantas parecían árboles, y los árboles edificios de 50 pisos, en tanto que las flores se asemejaban a pelotas de futbol. Decidieron caminar por el costado del río en dirección al oeste, donde el sol se esconde, para tener más luz antes de que llegue la noche. Luego de 20 minutos de caminata recordaron que a Maysi la habían dejado atada al arbusto y debieron volver a buscarla. Al llegar, notaron que el animal había podido desatarse y que se encontraba jugando con un hueso más grande que ella. Emilia le gritó:
--Maysi! ¿De dónde sacaste eso?
La perra soltó el hueso y escapó entre los árboles, Emilia la persiguió, y el tío Gregory y la tía Paulina fueron detrás. Unos minutos adelante Maysi se detuvo e intentó tomar otro hueso del piso, esta vez le costó más. Cuando Emilia se acercó vio que se trataba de un Triceratops muerto, le causó mucho asco la sangre y los huesos pero igual juntó fuerzas para gritarle a Maysi para que dejara eso.
--¡Maysi, perra mala dejá eso en este instante! Al momento de terminar de decir esas palabras, una gran sombra comenzó a levantarse donde estaba el Triceratops muerto. Cada vez se hacía más grande, cuando Emilia se dio cuenta de qué se trataba solo pudo gritar:¡Un Tiranosaurio Rex! ¡Es un enorme Tiranosaurio, tío!
El tiranosaurio lanzó un gran rugido que hizo que el suelo temblara, ocho toneladas de peso ahora iban en dirección de Emilia que no se daba cuenta del peligro al que se había expuesto. El tío Gregory encendió una antorcha que había improvisado por si los sorprendía la noche y se lo arrojó al Tiranosaurio en los ojos. La gran bestia no podía quitarse la antorcha porque sus brazos eran muy cortos como para alcanzar su enorme cara. La tía Paulina aprovechó el momento y tomó a Emilia para salir corriendo. Los tres lograron escapar entre los altos pinos, pero Maysi se había quedado intentando sacar un hueso de Triceratops atascado en el árbol. Cuando lo logró, el Tiranosaurio comenzó a perseguir a la perrita. El tío Gregory abrió el papel que tenía en su bolsillo y encontró la solución, le dijo a la tía Paulina, "ponete el collar mientras yo busco a Maysi", el tío emprendió corriendo directo al T. Rex y le gritó:
--¡Hey Gallina, aquí está tu comida! Ven a buscarla – gritó el tío Gregory mientras con su otra mano encendía la última antorcha que había improvisado, se alejó varios metros y arrojó la antorcha a un acantilado, el enorme dinosaurio siguió la llama como un perro a un hueso y cayó hacia el fondo, el tío Gregory lo vio asomarse sobre las aguas del rio, aunque no sabe si sobrevivió.
Debajo de un frondoso árbol mirando a los Braquiosaurios comer de las altas ramas, el tío Gregory recordó el plan:"Tienes que ponerte el collar y decir las mismas palabras, pero esta vez llévanos a casa de la abuela, por favor" le dijo sonriendo a su sobrina. La niña se colocó el collar y dijo: "Si pudiese viajar en el tiempo, me gustaría estar en la casa de mi abuela". En ese momento el collar hizo un fuerte destello seguido por la luz cegadora, pocos segundos después, los 4 estaban de vuelta en el cuarto, la madre de Emilia les preguntó:
--¿Dónde estaban? Los busqué por toda la cuadra –sentenció enojada.
--Sólo dimos una vuelta por aquí cerca—contestó Emilia mientras guardaba el collar en su bolsillo
Los tíos se habían quedado dormidos en la vuelta del viaje, al despertar creyeron que solo se trató de un sueño. La mamá de Emilia los retó porque en lugar de ayudar ambos se habían quedado descansando. Emilia sabía que no fue así, que el viaje había sido real y que en su bolsillo tenía la forma de viajar a cualquier parte del mundo, en cualquier tiempo y cuando ella quisiera. ¿Acaso visitaría las pirámides de Egipto? ¿Iría a ver al Abominable hombre de las nieves al Himalaya, o a comer un pescado con el Sasquatch en Estados Unidos? ¿Llegaría a ver la torre de Babel? Su abuela había dejado un mensaje claro, el collar debe usarse con mucho cuidado, en manos equivocadas puede ser muy peligroso. Ahora Emilia, era una guardiana del tiempo.

Este primer cuento es para mi sobrina Emilia, de parte del Tío Tata
26 de enero de 2021
Paraná, Entre Ríos
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