Nombre*: | El Chaman come cactus |
Género*: | Microrrelato |
Título*: | Rompecabezas |
Cuento: |
Tenía un refinado gusto por los rompecabezas; acomodaba las piezas armando primero la cabeza,después el pecho, estómago y piernas, al final las manos. Encontraba un placer a modo de fetiche en elegir el color de piel, yendo de blanco rosa a negro café, ponerles dedos gordos, flacos y chuecos.
Entre tantos rompecabezas, había creado el mar. Una extensión azúl del terreno sólido, lleno de piececitas de diversos tamaños y colores fluorescentes; peces mariposa y un par de atunes. Había elegido las piezas con tal sinergía entre ellas, que bastaba con embonarlas para que hicieran lo que les plazca, y aún así, prosperaban, entre sus modificaciones de cartón y cutter.
Pero un mal día su corazón falló. Si fue una valvulopatía o un cruel infarto poco importó, y el rompecabezas quedó olvidado llenándose de polvo y engañando al tiempo, con su cubierta de barniz de plástico semitransparente.
No paso mucho para que las piececitas se acabaran entre sí. O más bien, las "conscientes" acabaron con las demás, como caníbales, (sin gusto por el aderezo) dejando huecos imposibles de armar.
Apenas ayer los restos formaban las palabras "ármame". Hoy son ceniza.
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: Rompecabezas
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...de las cenizas, surge el ave fènix. "Algunos que saben armar" se lo tatùan a fuego y tienen la genialidad y fortaleza de seguir quemando las hogueras de la esperanza. Pese a todo y a tod@s, pero "consciente" que los aderezos humanos no tienen igualdad.
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