: La mano cercenada


Nombre*:Israel Laborie
Género*:Microrrelato
Título*:La mano cercenada
Cuento:
Hace ya bastante tiempo que encontré entre mi viejo baúl de recuerdos aquel poema que mi amigo Daniel Rodríguez me dedico un cumpleaños y jamás pudo entregarme en persona.
El poema, escrito en trazos finos sobre lienzo antiguo era una bella alegoría de las tierras de Yucatán; con lenguaje sabio y basto me transportaba al Mayaab y a la iglesia de Cisteil cada vez que lo releía durante mis noches de melancolía. Cierto era, que a pesar de que mi amigo nunca pudo entregarme el poema, me resulto más conmovedor recibirlo de manos de su esposa Úrsula el día de su funeral, y el lector encontrara aún más conmovedor que mi amigo a pesar de ser diestro, hacia años había perdido dicha mano.
La historia de tan tremenda pérdida me resulto bastante inquietante y a la vez curiosa, pues fue justamente su mayor adicción lo que le llevo a separase de su diestra: la poesía.
La parte curiosa se debe se debe a que mi buen amigo fue sorprendido por el prometido de una joven a la cual mi antiguo comparsa le enviaba bellos escritos a pesar de conocer el estado de ella, la parte inquietante yace en el castigo que recibió el joven Romeo...
Tiempo después me encontré de pie, frente al ataúd de mi compañero, sorprendido al recibir un sobre cerrado con mi nombre escrito con bella e incomparable caligrafía,-te lo manda Daniel, lo encontré entre sus cosas, lo escribió para tu cumpleaños...- Úrsula debió vislumbrar la inmensa sorpresa en mi rostro, y antes de que pudiese formular la pregunta que inundo mi mente, añadió con un nudo en la garganta:-llevaba mucho tiempo esforzándose y entrenando su mano izquierda, no encontraba mejor regalo que este..., el lector comprenderá que el nudo en mi corazón fue tan grande que aun hoy en día, no he podido desanudarle.
Desde entonces guardo aquel lienzo como un añejo tesoro y de vez en vez lo saco del baúl para disfrutarle en compañía de mis anhelos.
Hoy, es una de esas noches de melancolía, y la luna, esplendorosa, me lleva entre sus brazos a las tierras del sur, súbitamente me encuentro aislado en la tierra del jaguar, y la X'tabay me desliza entre caminos iluminados por el pájaro Pujuy; es entonces cuando me dirijo a mi antiguo baúl en busca de me preciado regalo, levanto la tapa suavemente, y horrorizado, no puedo contener un grito de terror, mientras el vómito y las náuseas invaden mi cuerpo: ahí en el fondo se encuentra una putrefacta y hedionda mano derecha en absoluto estado de descomposición cortada a la altura de la muñeca por el machete de un amante desencantado...

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