Publica Tu Cuento: La espera

Nombre*:Jenifer Pérez Tejeda
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Género*:Drama
Título*:La espera
Cuento*:mi madre.

Todos estábamos distraídos, contaminados de felicidad ese día. No hacíamos pensamientos a detalles que rompieran el hechizo, queríamos estar así, hasta que logremos completarlo con su llegada.

Nadie más que yo ansiaba ese día, aunque debo de admitir que mi madre lo disimulaba muy bien, pero lo veía en sus ojos, aquellos que eran ocultos a través de unos lentes de sol que se probaba delante de los abuelos ese día, pero sus ojos lo decían, ella también lo esperaba; no tenía puesto su mejor vestido, para no estar por encima de la situación, pero estaba hermosa, incluso creí ya no verle algunas pequeñas arrugas que se avecinaban en la orilla de sus ojos, esas que crecieron estos últimos años.

Ellos, se entretenían con el comentario del día, y los afanes pendientes, yo, con la chispa de verle descender de uno de los tantos autos que seguía con la vista que, pasaban sin detenerse. Entonces fue así, como una pregunta me halo la mirada de atención por un instante.

— Mi amor, ven siéntate con tus abuelos, ya tienes mucho tiempo allí parada ¿no te duelen los pies? — Me decía la abuela con cierta dulzura.

— No abuela, más me ha dolido la espera durante ocho años, que los pies que sostienen mi esperanza de verle ahora. — Repliqué volviendo a ver por la lumbrera.

Segundos después, me sorprendió ese auto negro con banderines del gobierno, pensé que llegaría en taxi, pero por fin había llegado. El auto, hizo eterno el momento de detenerse y comprobar que estaba en la dirección correcta, fue entonces cuando me apuré con recelo a la entrada, y corrí a su encuentro, todos en casa se alarmaron, hicieron un eco de gozo y algarabía: «¡¡Por fin había llegado!!»

Todos, hasta Odie, iban detrás de mí, mientras veíamos claramente en ese solsticio de verano los rostros de extraños que salían del vehículo. Entre tanto con enigma, busqué entre los tres que salían a quien esperaba, pero no, no estaba allí, ni entre ellos, ni en el auto que minuciosamente me había entrado para buscarlo. Mientras volteaba para deshacer a aquellas personas con preguntas, vi como mi madre se desplomaba en un piso que no le daba buena bienvenida a sus rodillas, las cuales chocaron crujiendo en un piso que las laceraba. Ella se encontraba en una conjugación de pequeñas manchas de sangre que salían de sus piernas en el suelo, y lágrimas que hurtaban su escaso maquillaje. Mis abuelos se abrazaban, mientras los militares caminaban delante de ellos con una bandera alisada en un triángulo, extendiéndola con respeto, y devoción, como si entregaran el último hálito de vida de mi padre; yo entre tanto, sabía que ya no le veríamos, que ese día, la espera, había terminado. @jeniferpereztejeda

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