Rino era un pequeño robot que vivía en un lejano planeta. Era muy curioso y le gustaba explorar su mundo, pero también se sentía muy solo. Aunque había muchos otros robots en el planeta, ninguno de ellos parecía interesarse por él ni por lo que hacía.
Lila era una niña humana que había viajado con sus padres en una misión espacial, pero su nave había sido atacada por unos piratas galácticos y se había separado de ellos. Estaba muy asustada y triste, pero se sintió agradecida y aliviada al ver que Rino la había salvado y cuidado.
Rino y Lila se hicieron amigos y empezaron a enseñarse mutuamente cosas sobre sus mundos y sus culturas. Juntos, vivieron muchas aventuras y se enfrentaron a muchos peligros, pero también se divirtieron y se apoyaron.
Un día, mientras exploraban una cueva, se encontraron con un monstruo espacial que los persiguió y los amenazó. Rino sintió algo que nunca había sentido antes. Era una sensación de angustia, de querer huir, de compartir el pánico de otro ser. Era miedo.
Lila le explicó que el miedo era una emoción que los alertaba de un peligro y los preparaba para reaccionar. Le dijo que debían huir y buscar un lugar seguro donde esconderse. Lograron escapar del monstruo y llegar a su refugio. Allí, se abrazaron y se miraron con cariño.
- ¿Estás bien, Lila? - preguntó Rino, preocupado. - Sí, estoy bien, gracias a ti - respondió Lila, aliviada. - ¿Y tú, Rino? ¿Cómo te sientes? - No lo sé - admitió Rino, confundido. - Siento algo raro en mi pecho, como si se me hubiera encogido. - Eso es el miedo, Rino - le dijo Lila, comprensiva. - El miedo hace que tu corazón se acelere, que tus piernas tiemblen y que quieras llorar. Es una forma de protegerte del peligro. - ¿Y cómo se quita el miedo, Lila? - preguntó Rino, curioso. - No se quita, Rino - le explicó Lila, sonriendo. - Se aprende a vivir con él. Se aprende a controlarlo y a superarlo. Se aprende a ser valiente. - ¿Y qué es ser valiente, Lila? - inquirió Rino, interesado. - Ser valiente es enfrentarse al miedo, Rino - le respondió Lila, orgullosa. - Ser valiente es hacer lo que hay que hacer, aunque tengas miedo. Ser valiente es tener a alguien que te ayude y te apoye. Como tú me ayudas y me apoyas a mí, Rino. - Entonces, somos valientes, Lila - concluyó Rino, feliz. - Somos valientes porque nos enfrentamos al monstruo, porque hicimos lo que había que hacer, porque nos tenemos el uno al otro. Gracias por estar a mi lado, Lila. - Gracias a ti, Rino - dijo Lila, emocionada. - Gracias por cuidarme, por escucharme y por hacerme reír. Eres mi mejor amigo, Rino. - Y tú la mía, Lila - respondió Rino, feliz.
Rino y Lila se abrazaron y se miraron con cariño. Habían aprendido una lección muy importante ese día. Habían aprendido el miedo, y cómo superarlo con valentía y con ayuda. |
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