Publica Tu Cuento: ¿SUEÑO O REALIDAD?

Nombre*:Dayan Cielo Peña
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Género*:Suspenso
Título*:¿SUEÑO O REALIDAD?
Cuento*:Un verano mi familia y yo nos mudamos a una nueva casa, era un pueblo en realidad pequeño, pues queríamos olvidar aquel accidente que fue terrible para todos, lamentablemente yo perdí a mis seres queridos.
Era una noche como cualquiera, mi familia se encontraba riendo y yo feliz, todos bebían su taza de té mientras contaban chistes y se preparaban para dormir, tenía una habitación como cualquier chica, me quedaba sola y me agradaba la oscuridad de la noche mientras dormía, "desperté" incluso recuerdo haber visto la hora en mi celular, eran las 2:46 am, al voltear a ver mi cama ¡Yo estaba ahí!
- ¿¡Qué!? – Exclame atemorizada. Me levante de la cama y seguía viéndome ahí, acostada con un sueño profundo, rápidamente camine hacía las escaleras para dirigirme al cuarto de mis papás y pedirles ayuda; sentía claramente cada caminata que daba, pero por más que intentaba no llegaba.
-¡¡¡¡¡Mamá, papá!!!!!- Gritaba, pero ni yo misma podía escucharme. De un momento a otro miré hacia la puerta de mi casa y vi claramente la silueta de un hombre alto y parecía llevaba en la cabeza un sombrero, sonrío, una sonrisa atemorizante larga, que parecía daba de oreja a oreja. Solo cerré los ojos con miedo y sentí que mi cuerpo se paralizo completamente cuando en mi oído susurro – Nunca saldrás de aquí - Grité, grité con todas mis fuerzas hasta que vi a mis papás frente a mi:
- ¡Hija despierta! ¡Despierta! - hablaban mis papás con angustia. Cuando abrí los ojos los vi y lo primero que hice, fue abrazarlos, llore y llore mientras me abrazaban, pidiéndoles que no me dejen.
- ¿Hija que pazo anoche? ¿Recuerdas algo? – Me preguntaban mis papás en el desayuno
- No lo sé, realmente no lo sé, recuerdo todo, pero tan solo de pensarlo me da escalofríos y es confuso o raro. – Respondí. Pasaron tres días normales y noches normales realmente.
Esa noche me fui a dormir y solo escuchaba a mi hermano hablar por teléfono, pero se escuchaba extraño, como si no quisiese que escuchará su conversación, no me importo mucho y dormí. Trataba de despertar, pero me sentía pesada, quería gritar y no podía cuando de repente escucho a mis papás rezar, desperté de golpe.
- ¡¿Hija estas bien?!- Preguntó mi papá
- ¡En tu rostro se te vio una sonrisa larga y susurrabas algo que no se te entendía! – Me dijo mi mamá con terror y lágrimas en los ojos.
Al día siguiente fui con mi hermano a una iglesia, me hicieron un rezo un poco extraño y platicas, realmente no sentí nada. Esa noche mis papás salieron a casa de mi abuela y de compras, nos avisaron que llegarían un poco tarde, me quede en casa con mi hermano. Eran las 11:00 pm. Mi hermano nuevamente se encerró en su cuarto y de nuevo se escuchaba la conversación rara, pero esta vez alcance a oír un poco al acercarme a la puerta, del otro lado del teléfono se oía una voz, pero realmente fea, como entre enojada, seca y de una señora de edad ya avanzada. Me dio un poco de miedo, pues mi hermano respondía con una voz nerviosa y temblorosa, toqué su puerta y de inmediato colgó al teléfono.
- ¿Con quién hablas? ¿Está todo bien? – Pregunté
-Lo siento hermanita no puedo decirte, quédate esta noche en el cuarto de mis papás y yo me quedare en el suelo mientras mis papás llegan- Me respondió mi hermano casi llorando. Insiste un poco más pero mi hermano realmente se hacia el fuerte.
A la mañana siguiente, en el desayuno note a mi hermano raro y mis papás ya se habían ido al trabajo.
-Por favor Carlos, dime que sucede, tu no estás bien, quiero ayudarte- Le dije
- No hermanita, a quien de vería ayudar es a ti, yo quiero ayudarte- Me respondió con una voz temblorosa. Me levante de la mesa y me fui a mi cuarto, tenía miedo, me cambié y salí de mi casa corriendo, no voltee y lamentablemente una camioneta me arrollo, poco a poco fui cayendo hasta el piso.
Abrí mis ojos lentamente y todo a mi alrededor estaba sucio, un cuarto pequeño en el cuál, las paredes estaban cubiertas de colchones y yo me encontraba atada con un bata blanca.
-¡¡¡¡¡Papá, mamá!!!!- Grité asustada, escuché que bajan las escaleras y me di cuenta que estaba en un sótano.
- Hola, por fin paras de gritar ¿Cómo te sientes?
- ¿Quién es usted? ¿En dónde estoy? - Le pregunté al señor que estaba frente a mí, el cual tenía la misma silueta que vi aquella noche, era la de él.
- Siempre has estado aquí- Me respondió con una sonrisa en el rostro y voz intimidante, mientras en su mano traía un medicamento y en la otra una jeringa.

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