Publica Tu Cuento: Esperanza

Nombre*:Romina
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Género*:Romántico
Título*:Esperanza
Cuento*:Niego con la cabeza y respiro profundamente. ¿Cómo es posible que no haya avanzado nada en más de una hora? Resoplo al ver la gran cantidad de hojas que todavía me quedan por memorizar. Finalmente me doy por vencida y me dirijo a la mesita de noche.

Rebusco y encuentro su camiseta. La acerco a mí nariz y se me encoje el corazón al corroborar lo que me temía: todavía huele a él.

Cierro los ojos intentando visualizarlo en mi mente: su pelo con corte militar, sus brillantes ojos castaños y sus hermosos labios.
Las lágrimas asoman por mis ojos cuando lo imagino sonriendo: sus mejillas se sonrojan,  y sus pecas se hacen más notorias, provocando que se le vea muy tierno.

No puedo concentrarme en estudiar cuando un pedacito de mi vida se ha marchado a más de seis mil kilómetros de distancia, y por si fuera poco, a un país en guerra.



Flashback

Lo miro a los ojos con tristeza. Alejandro intenta disimular su preocupación pero no puede engañarme; tiene miedo. Vuelvo a recostarme sobre su torso.

—No te preocupes preciosa — con la yema de sus dedos acaricia mi brazo tiernamente.
Se exactamente lo que está sintiendo. Después de casi tres años de relación lo conozco lo suficiente como para saber que se está haciendo el fuerte para protegerme.

—¿Cómo no voy a hacerlo? —levanto la cabeza de su pecho y lo miro a los ojos. —Es una misión muy peligrosa.

Durante unos segundos la tristeza asoma en su rostro pero inmediatamente recobra la compostura. Sonríe y deposita un dulce beso en mi mejilla.

—Te prometí que siempre te cuidaría —desvia sus ojos al techo. —Y eso estoy haciendo.

—Hay muchas otras formas de conseguir el dinero —un nudo en la garganta me impide seguir hablando. Me siento culpable por toda esta situación y la decisión que ha tenido que tomar... Pero al fin y al cabo, el cáncer es algo que escapa a mí control.

—Pero no de una forma tan rápida y legal — me mira. —Necesitamos el dinero para curarte princesa. —se gira y me abraza. —No quiero que te pase nada —sus manos acarician mi pelo. El nudo de la garganta no desaparece y las lágrimas comienzan a brotar de mis ojos.
Intento disimular pero al final estallo en llanto.

—Lo siento —es lo único que soy capaz de pronunciar entre lágrimas.

—Tranquila —susurra y me abraza más fuerte. —No tienes la culpa de nada. — Me seca las lágrimas tiernamente y apoya su frente con la mía. —Toma —se saca la camiseta y me la da. —Siempre me tendrás contigo.

Fin del Flashback


Hace más de dos semanas que no se nada de él. Me paso los días mirando el móvil esperando su llamada, o aunque sea un mensaje. Intento no pensar en lo peor pero mi negatividad siempre gana y acabo destrozada día tras día.

Suspiro mientras me seco las lágrimas. Huelo una vez más la camiseta mientras cierro los ojos y susurro:

—Volverá.

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