Publica Tu Cuento: Infidencia

Nombre*:Jazmín Donatres
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Género*:Drama
Título*:Infidencia
Cuento*:Agosto 22 4:30 pm. RODOLFO: Escribiendo…

Dejó el celular a un lado cargando y encendió el automóvil. Se dirigió por la autopista hacia la ciudad, después de dejar unos documentos en San Jerónimo. Se llevaría una hora de camino y otra media intentando entrar en la ciudad que en ese momento de la tarde ya se formaba el taco. A eso de las seis, se estacionó fuera de la casa, desconectó el celular y lo bajó del carro con un paquete de Ferrero Rocher. Aseguró el coche con la alarma, sacó de su pantalón las llaves y abrió la puerta e ingresó a su hogar. En la cocina estaba Alejandra, su mujer, tomando un café. Se acercó y le besó la mejilla, luego le entregó los chocolates. -Hola, amor. ¿Cómo estuvo tu día?
-¡Ay, cielo! Estuvo horrible. La doctora me tenía loca para que le buscara unos documentos y luego se acordó que los había dejado en su casa. Además del sinnúmero de pacientes que había que agendar y escuchar sus reclamos -qué por qué se demora tanto en atender, qué mire que llevo una hora esperando y debo irme, bla bla, bla. ¡Estoy agotada! Y sonriéndole de forma juguetona lo mira y le pregunta -¿Te parece bien que llenemos la tina con agua caliente y sales marinas para meternos juntos, así nos relajamos un poco y luego dormimos arrunchados?
-Lo siento cariño, debo reunirme con Beto. También fue un día muy pesado para mí con todas esa documentación que debo llevar al juzgado en San Jerónimo del proceso judicial del señor Jiménez. ¡Cuánto quisiera meterme a la bañera contigo! pero el trabajo llama. Me voy a dar una ducha rápida y salgo de inmediato. Subió a la habitación y luego de entrar al baño y ya desnudo, tomó su celular y escribió algo. Cuando salió con la toalla amarrada a la cintura, se afeitó frente al espejo, se cepilló los dientes y palmoteo su cara y pecho con colonia Brut como de costumbre, luego se colocó una camisa azul clara, jeans holgados y tenis.
-¿Te vas a demorar donde Beto? Le preguntó apenas lo vio bajar. -Lo que demoremos en analizar el caso del señor Jiménez, quizás llegue antes de la medianoche. Tú duerme tranquila. Yo intentaré no despertarte. Le dio un beso de despedida, miró el celular antes de salir y cerró la puerta.
Alejandra terminó de lavar la vajilla que había usado para comer sola. Guardó todo en la alacena. Cerró la puerta de la casa y subió a la habitación a ver una serie mientras le cogía el sueño. Ya era pasada las once, aunque estaba cansada no conciliaba el sueño esperando a Rodolfo, así que tomó sus somníferos. Al despertar en la mañana sintió a su marido al lado roncando. Se levantó, cogió la ropa de su esposo que estaba tirada en el suelo y se la llevó para el canasto. Antes de introducirla en ella la examinó por sí había señales de labial, luego la olió y sólo estaba el característico olor cítrico y maderoso de la colonia de su marido mezclado con licor. La dejó dentro y bajó a hacer el desayuno.
Era las nueve y media de la mañana, Rodolfo se despertó y miró hacia el lado izquierdo de la cama. Estaba vacío. Miró a su alrededor y llamó a su mujer mirando el baño. Ella no respondió. Luego escuchó a lo lejos música en la planta baja. Aleja está cocinando, pensó. Cogió su celular y abrió el chat. Sonrió recordando algo y empezó a escribir. Cerró el celular y bajó a desayunar.
-Buenos días ¿Cómo estuvo tu trabajo anoche? Preguntó ella.
-Aburridor. El caso está cada vez más complejo. Creo que me llevará varios días y quizás noches resolverlo. Así que tendrás que tenerme un poco de paciencia sí llego a casa tarde algunos días. Alejandra se quedó pensativa y le respondió- Si necesitas que te ayude con organizar esos papeles o lo que sea no dudes en decirme, recuerda que entiendo algo por mi padre. Le sonrió. -Vamos a desayunar, ya tengo hambre. Trae a la mesa la cafetera y las tazas. Se sentaron a desayunar sin pronunciar palabra alguna. Luego ella le dijo en forma coqueta tocándole la mano -¿Qué te parece sí cuando terminemos, hacemos lo que te propuse anoche? Le guiñó el ojo.
– ¡Ay, nena! Otra vez discúlpame. La verdad me quiero duchar y dormir todo el día. Estoy tan cansado y estresado con ese caso que no podría ser una buena compañía ahora. ¿Te parece mejor sí esta semana te recojo en la hora del almuerzo y vamos a tu restaurante favorito? Alejandra no dijo nada en el momento, pero sintió una sensacion de vacío en su pecho -No te preocupes amor, entonces llamaré a Lucia para ir a la peluquería arreglarme las uñas y el cabello-Le dijo disimulando su malestar. Después del desayuno él se duchó, se colocó una camiseta y pantalón de sudadera y se acostó en la cama a leer el periódico dominical, cuando le comenzó a doler la cabeza. Alejandra que estaba a su lado en la cama limando sus uñas, lo oyó quejarse sutilmente. -¿Te pasa algo, Ro? Él la miró y se tocó la frente -Tengo un poco de dolor de cabeza.
-Entonces voy a buscarte algo para quitártelo antes de que te dé más fuerte, preciso esta semana Margarita, mi amiga, la visitadora médica me regaló unos sachets de analgésico disoluble en agua. Ella me dijo que era buenísimo. Entró al baño en donde está el botiquín, pero recordó que justamente lo tenía en el bolso sobre el recibidor.
-Está abajo. Ya subo con el medicamento. Cuando estuvo en la entrada, abrió su morral y sacó el somnífero disoluble, fue a la alacena, cogió un vaso, lo llenó de agua y lo echó dentro, rápidamente subió a la habitación y se lo entregó a Rodolfo. -Tómatelo todo y duerme un rato. Ya verás que cuando despiertes, te sentirás mejor. Al transcurrir diez minutos, él ya estaba roncando profundamente dormido. Alejandra se levantó suavemente de la cama y vio el celular de él debajo de la almohada. Lo agarró y lo prendió. ¡Diablos, lo tiene con clave de huella digital! Entonces recordó que él colocaba el dedo medio sobre la pantalla. El corazón de ella se iba a salir del pecho. Lo miró de reojo. Y acercó el celular a su mano derecha, tomó el dedo y lo presionó sobre la pantalla. Y después de dos intentos, abrió. En su salvapantalla había una foto de los dos. Tocó el icono verde del WhatsApp donde habia tres conversaciones Club de los que sobran, pero en la casa🤪🤣. Muchos memes de viejas encueradas, carros, y un mal chiste. Lo cerró.

Abrió el de Beto Escobar.
22 Agosto 2:00 pm. Oiga viejo, nos reunimos esta noche a jugar póker con unos whiskies???👍🏼.
RODOLFO: -Está noche no puedo🤯.Tengo una comida con Aleja y no puedo posponerlo. En la próxima avisa👽.

Ella cerró esa conversación. Levantó la vista hacia él, vio otro chat PATICO🐧🐧.

21 agosto 5:00 pm. -No sabes la falta que me haces🙈😈. Déjate ver esta noche😙
RODOLFO: Si?🤪 Quiere más dosis de amor😈😈?? También quiero verte, pero no esta noche. El caso se está complicando😤. Quizás mañana sábado. Cenamos?😋
PATICO🐧🐧: Y que le dirás a Aleja???
RODOLFO: ya se me ocurrirá algo😉.

22 Agosto 4:00 pm. PATICO🐧🐧: ya quiero tenerte entre mis brazos🙈😙
4:30 pm. RODOLFO: Está noche nos vemos😗😙😚.
6:40 p.m. Será una noche increíble. Estoy ansioso por verte😜

23 AGOSTO 01:10a.m RODOLFO: ya llegué. Aleja duerme profundamente, quizás se tomó los somníferos. Más tarde te escribo🤗😙
9:30 am. Me tienes loco🤪. Anoche estuvo estupendo todo🥳. gracias por la cena. Ojalá que se repita😈😚. Te amo😚😚
PATICO🐧🐧:Todas las locuras que hicimos anoche es poco para lo que te tengo preparado. También te amo mi Pingüi🐧. Hablamos luego😙😘

Alejandra cerró el chat. Su esposo la estaba engañando. Sintió como le subía el calor a la cabeza y la falta de aire. Abrió rápidamente los contactos y buscó el nombre. Miró nuevamente a Rodolfo desmayado sobre la cama y se alejó. Marcó. Sonó una, dos, tres veces y cuando pensó que no iba a contestar se escuchó al otro lado una voz gruesa muy masculina.

-¿Aló mi Pingüi?

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